Llega el dolor. Así de claro ve el horizonte de España The Economist. Para el semanario, casi era mejor perder las elecciones que ganarlas y tener que enfrentarse al "más duro test" desde la entrada de España en el Euro, diez años atrás. Adiós a los buenos tiempos, adiós a los fondos europeos. Zapatero tendrá que administrar la "medicina indigesta" de las reformas que el sistema está pidiendo a gritos, o atenerse a las consecuencias. Es la "dolorosa" disyuntiva del ganador.La agenda del ganador de las recientes Elecciones Generales en España es casi una penitencia. The Economist analiza el panorama que le espera a José Luis Rodríguez Zapatero y señala tres expedientes críticos sobre su mesa al volver a su despacho como presidente reelegido por el Parlamento: la economía, la política territorial y la inmigración.
El primer desafío es la situación económica, "motivo de honda preocupación para la mayoría de los españoles", constata el semanario.
La "aguda desaceleración", el "salto" del paro, los consecutivos picos de inflación y la caída de la confianza de los consumidores al nivel de hace trece años son los indicadores que alertan al semanario de que "los buenos tiempos de la pasada década, más las ayudas de la Unión Europea ahora se han esfumado".
El primer desafío es la situación económica, "motivo de honda preocupación para la mayoría de los españoles", constata el semanario.
La "aguda desaceleración", el "salto" del paro, los consecutivos picos de inflación y la caída de la confianza de los consumidores al nivel de hace trece años son los indicadores que alertan al semanario de que "los buenos tiempos de la pasada década, más las ayudas de la Unión Europea ahora se han esfumado".
"Claramente", observa el semanario, "el comportamiento aparentemente robusto de la economía española era más frágil de lo que parecía". La fuerte dependencia de la renta nacional respecto del sector de la construcción hace que el estallido de la burbuja inmobiliaria vaya a tener consecuencias necesariamente "dolorosas" para el país.
The Economist considera inaplazable la cirugía reformista en el sistema. Se necesitan urgentemente cambios estructurales a favor de la competitividad, libertad en el mercado laboral, liberalización de la economía, aumento de la productividad y mejora del rendimiento escolar.
"La única forma de pasar" por la fase de "dolor" que se avecina para la economía española es administrar la "indigesta medicina" de las reformas que ningún candidato, ni Zapatero ni Rajoy, ha propuesto "ni de lejos" en la pasada campaña electoral.
Para The Economist, Zapatero falla como líder al no obtener mayoría absoluta en su segundo mandato, a diferencia de sus predecesores Aznar y González. Le falta inspiración y carisma. Rajoy, el "soso", tampoco sale bien parado en el balance del semanario sobre la campaña española.
Los otros dos asuntos prioritarios sobre la mesa son el problema territorial, que Zapatero ha agravado con su "ingenua" negociación con ETA –a la que The Economist, al igual que otros medios extranjeros, insiste en llamar "movimiento separatista vasco"– y sus pactos con independentistas.
En cuanto a la inmigración, The Economist destaca que España se ha convertido en el "imán de Europa" para la inmigración. Cinco millones de extranjeros han llegado a España en los últimos diez años. Sólo Estados Unidos ha recibido a más.
El país se enfrenta a un test de tolerancia con los inmigrantes, opina The Economist, especialmente en una situación económica adversa.
Para el ganador de las recientes Elecciones, el panorama dibuja "la prueba más dura" desde la entrada de España en el Euro, diez años atrás. "En algún sentido", dice el mismo semanario, era casi mejor perder que ganar las Elecciones.
The Economist considera inaplazable la cirugía reformista en el sistema. Se necesitan urgentemente cambios estructurales a favor de la competitividad, libertad en el mercado laboral, liberalización de la economía, aumento de la productividad y mejora del rendimiento escolar.
"La única forma de pasar" por la fase de "dolor" que se avecina para la economía española es administrar la "indigesta medicina" de las reformas que ningún candidato, ni Zapatero ni Rajoy, ha propuesto "ni de lejos" en la pasada campaña electoral.
Para The Economist, Zapatero falla como líder al no obtener mayoría absoluta en su segundo mandato, a diferencia de sus predecesores Aznar y González. Le falta inspiración y carisma. Rajoy, el "soso", tampoco sale bien parado en el balance del semanario sobre la campaña española.
Los otros dos asuntos prioritarios sobre la mesa son el problema territorial, que Zapatero ha agravado con su "ingenua" negociación con ETA –a la que The Economist, al igual que otros medios extranjeros, insiste en llamar "movimiento separatista vasco"– y sus pactos con independentistas.
En cuanto a la inmigración, The Economist destaca que España se ha convertido en el "imán de Europa" para la inmigración. Cinco millones de extranjeros han llegado a España en los últimos diez años. Sólo Estados Unidos ha recibido a más.
El país se enfrenta a un test de tolerancia con los inmigrantes, opina The Economist, especialmente en una situación económica adversa.
Para el ganador de las recientes Elecciones, el panorama dibuja "la prueba más dura" desde la entrada de España en el Euro, diez años atrás. "En algún sentido", dice el mismo semanario, era casi mejor perder que ganar las Elecciones.
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