En el formato habitual, solo que con 35 minutos para cada lider político fué curioso y a la vez divertido dentro de la manipulación de TVE y del señorito Mila.
Ninguno a diferencia de ZP y Rajoy se jugaba nada, por lo que ya me imaginaba que su puesta en escena sería más cercana y mas tranquila.
Efectivamente el primero Llamazares lider de Izquierda Unida o Hundida de momento, se extendió bastante bien en las preguntas pero como era de esperar dijo lo que todos querían oir, creo que si estoy yo y le pido una pensión de 2000 € mensuales por la jeta me la concede al menos de palabra. Creo que tiene los días contados y la gran verdad que dijo es que no nos pusieramos en sus manos en cuestiones de salud.. que gran verdad del médico cubano.
2º.- Le tocó el turno a Duran i Lleida, impecablemente bronceado y maquillado, lo cierto es que me gustó bastante aunque su discurso conciliador era previsto, y sus discrepancias con la mujer marroquí fué buena, no se cortó si lo hace otro lider político al día siguiente la prensa lo arrasa.
3º.- Carod. Este en vez de a un programa de TV, vino a a la guerra, nada de conciliar sino al ataque nada mas empezar, si tenías dudas pues te las acabo de aclarar, cierto es que no escondió nada y es mucho de agradecer, pero el tonoooooo dejó mucho que desear.
Os imaginais esto a la Torrenca preguntado por gente del pueblo? jeje
Aquellos polvos han traido estos lodos
Hace 10 años
3 comentarios:
Jose, es buena idea, lo de las 35 preguntas.. tu pregunta y yo te respondo, besitos
Rectificacion: 35 minutos
Jose, no cuentes ningun chiste, que te llevan preso, por desacato a Don Manuel. besitos
Faríem molt per la convivència si els polítics i els mitjans de comunicació sortíssiu del món tancat en que ens movem i sabéssim explicar al conjunt de la ciutadania quina és exactament la vostra feina, quines dificultats trobeu en la acció política des de les respectives alternatives, i aconseguíssim clarificar cap en fora el què sou, el què preteneu i com ho penseu fer.
Això pot ser molt pedagògic, malgrat que l’acció política, en general, va en sentit contrari.
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